Esta nueva entrada pretendo sea un reconocimiento a lo que, a mi juicio, es hacer las cosas bien hechas. Me refiero a Fuerteventura, aunque más que a su Patronato de Turismo, a su Consejería de Medio Ambiente. Y es que en Fuerteventura es hoy por hoy todo un ejemplo de esfuerzo para diferenciar su oferta turística a partir de la calidad como línea de trabajo y la relación con el entorno natural y la cultura como constantes.
Esfuerzos que han sido reconocidos hace un año con la declaración de Reserva de la Biosfera, galardón que están convirtiendo en un auténtico compromiso de futuro.
Fuerteventura está viviendo un nuevo comienzo, está dejando de ser un cúmulo de mitos para conertirse en un destino real, referente turístico por sus valores ecológicos y medioambientales, por su mar, tierra y cielo.
Un destino real más que nunca ligado a una convivencia, por qué no, entre focas monje, cielos surcados por guirres, hubaras campando a sus anchas, ballenas y delfines, tortugas "boba"...
Mucho es lo que se ha escrito de la Isla, mucho y variado, aunque quizá, yo que trabajo mucho allí, su característica definitoria sea su enorme poder atractivo, su particular fuerza persuasiva y su capacidad para crear relaciones íntimas con quienes la disfruta.
Alguien podría pensar que son muchos los culpables de tan grata situación. No lo creo, es más, estoy convencido que los pilares majoreros se pueden contar con los dedos de una o dos manos... Y entre todos, un personaje de excepción, además del presidente del Cabildo y consejeros... Tony Gallardo y su equipo.
Persiguiendo a Gabo
Hace 10 años
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