Llevo dos días en la Feria de Bilbo, en Expovacaciones (evito la parte de consumo y moda de la muestra), y ya no me aguanto más callado. Parece mentira como los distintos expositores (por lo menos la gran mayoría) contratan a jóvenes y no tan jóvenes para estar detrás de un mostrador con el único cometido, en la mayor parte de los casos, de distribuir panfletos y demás.
Hasta ahí, pues bien. Lo malo viene cuando alguien se interesa por algún aspecto y la/el susodicho no tiene la más mínima idea de dar una respuesta que no produzca una sonrisa.
Se que la crisis, quizá otras razones, obligan a contratar el personal en el lugar donde se celebra la Feria pero, por favor, perdamos cinco minutos en informar a las azafatas sobre aquello a lo que van a representar. No basta con una cara bonita.
Persiguiendo a Gabo
Hace 10 años
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