viernes, 26 de marzo de 2010

La doble cara de los viajes de prensa

Cuando esta tarde he abierto el blog para cumplir con mi entrada semanal me he dado cuenta, o mejor dicho, he creido conveniente la necesidad de servirme de este maravilloso instrumento para analizar la conveniencia de algunas acciones en materia de promoción turística. Es más, creo que no llegamos a ninguna parte incrementando listados históricos de críticas. Pues bien, como rectificar es de sabios, aquí me tenéis con nuevas intenciones en un tono quizá más formativo.
La promoción del turismo exige creatividad en las grandes campañas, pero también echar mano de las acciones de siempre. Actuaciones que pasan por revistas monográficas, dípticos... y últimamente viajes de prensa.
Son muchas, como bien reconoce Octavio Isaac Rojas en su obra, las organizaciones y profesionales de las relaciones públicas que ven en los viajes de prensa una manera segura de obtener cobertura mediática de calidad. Una lectura que comparto como peligrosa, pues se piensa que el medio que manda a un periodista fuera de su ciudad está obligado a darle importancia a un evento aún antes de que éste haya ocurrido.
"Es verdad que un viaje de prensa implica invertir un gran presupuesto, pero esperar que se espere la inversión de manera automática no depende exclusivamente de un aspecto monetario".
Los viajes de prensa tienen que ofrecer una noticia pero, no nos olvidemos de que si el acontecimiento no es novedoso no obtendrá cobertura mediática, por más que se agasaje a los periodistas. En cualquier caso y sea como fuere, lo que sí se refuerzan son lazos con los medios, que ya es importante para futuras acciones.
Lo que no acabo de entender es cómo si el tema es noticioso se gasten los duros para llevar a profesionales de la comunicación. ¿No saldría más barato para las entidades e instituciones convocar una simple rueda de prensa? Si el acontrecimiento ya es novedoso...

miércoles, 17 de marzo de 2010

¿Por qué no se piden cuentas?

Hace unos días tuvo lugar la que para muchos es la primera feria de turismo del mundo, la de Berlín (desde hace un par de años yo creo que es Fitur), y repasando notas de prensa e imágenes difundidas por varios medios de comunicación creí conveniente dar un pase de pecho al burlaco. Burlaco que, valga por esta vez la repetición se las trae. Y me explicó: en Alemania no faltó ni el apuntador, vamos, ni el del botijo aunque, eso sí, cada uno a su aire.

Buenos hoteles, dietas a tener en cuenta... Y es que la promoción tiene un precio, mayor a mi parecer en épocas de crisis. Desde luego, un mal menor cuando se trata de salir del estacamiento del sector, aunque crítico si analizamos tanto el buen hacer de las instituciones como el despilfarro de algunas políticas.

Señores, es importante unir fuerzas, consensuarlas, y sobre todo justificar cada una de las acciones. No podemos hipotecar las arcas institucionales para salir airosos de situaciones que poco o nada nos van a aportar.

Si los de a pie nos dieramos cuenta de la manipulación, si pidieramos explicaciones a nuestros políticos al finalizar su mandatos, dónde, cuánto y por qué se han gastado la pasta, otro gallo cantaría. Y mientas tanto, autónomos y pequeña empresa arrastrando deudas millonarias, financiando carreras políticas.

martes, 9 de marzo de 2010

¿Promoción conjunta o individualizada?


Que los ayuntamientos tienen las arcas vacías es el común denominador del 2010. Ni los municipios que viven del turismo parecen contar con recursos para afrontar actuaciones que revitalicen el sector. O al menos eso es lo que aseguran, pues por detrás están manteniendo sociedades anónimas, participadas por distintas instituciones, cuyo principal cometido es la difusión de los valores turísticos en el exterior con la puesta en marcha de estrategias "profesionales" y el establecimiento de alianzas.
La verdad que suena muy bien y que el montaje es perfecto. Sólo un pero, al menos por ahora: no creo que la promoción alcance igual a todos los socios. Y me explico con un ejemplo. La SPET, la Sociedad para la Promoción Exterior de Tenerife, promociona Tenerife en su conjunto gracias al aporte de unos socios (no están todos los municipios de la Isla) que en la mayoría de los casos pasan desapercibidos. En sus campañas se habla de avistamiento de cetáceos, pero no de Santiago del Teide como referente, se hacen campañas publicitarias en el Roland Garros con Tenerife como marca... Y sigue la lista. Eso sí, en cada feria, facilitan a sus socios la distribución de material pagado por ellos mismos (trípticos, dípticos... que cada ayuntamiento se ha costeado personalmente).
Con todo esto no quiero decir que alguien esté viviendo bien a costa de los demás, que seguro que habrá alguno, sino que cada municipio, cada región, cada ayuntamiento, cuenta con una idiosincrasia propia que le hace diferente a los demás, con unos valores que le diferencian del resto... Y esto es precisamente lo que deben promocionar por cuenta y riesgo, al margen de los demás (que también está bien, no lo dudo).
Creo que los esfuerzos institucionales y empresariales deben ir por esta dirección.

martes, 2 de marzo de 2010

La última palabra... ¿de políticos o de los técnicos?


El año 2009 fue sin lugar a dudas uno de los más complejos de la historia para el turismo español. El sector pierde competitividad pese a las múltiples acciones emprendidas por las distintas administraciones. Pero, ¿se están haciendo bien las cosas? Políticos y técnicos concluyen en la mayoría de los casos acciones no consensuadas, muchas veces por encima de las posibilidades actuales, en torno a escenarios socioeconómicos sin duda alguna rentables... Y los resultados siguen sin convencer.

Una y otra vez, quienes trabajamos en el sector, nos topamos con voluntades enfrentadas, con conductas tendentes a la consecución de medallas más que al desarrollo de destinos.

Contamos con la materia y los instrumentos necesarios para sacar adelante el sector. Lo único que hace falta es aunar fuerzas, dejarse de triples saltos mortales que sólo quedan bien para la foto y centrarse en objetivos.

Ni los técnicos deben retrasar las actuaciones con mil y un informes, ni los políticos echar las campanas al vuelo con humos pasajeros, parapetándose con excusas infantiles como que "hemos reducido los presupuestos un 35%..." Hace falta ganas de trabajar porque, cuando se quiere, todo se consigue.